Al almuerzo hay sólo un menú fijo y un suculento plato del día , que por cierto van variando, y en la cena una breve carta con tres entradas y cinco fondos.
Este local parece ser la creación, debido quizás a qué azar del destino, de un francés errante que hubiera decidido echar el ancla en los cerros de Valparaíso (símbolo de lejanía, como en la vieja canción "nous irons à Valparaiso") y ofrecer, en una ambientación modesta y de gusto discutible, con elementos simples y sin mayores sofisticaciones, la honesta y sabrosa cocina que es común en su patria. Al almuerzo hay sólo un menú fijo ($3.200) y un suculento plato del día ($3.400), que por cierto van variando, y en la cena una breve carta con tres entradas y cinco fondos. En ocasiones diferentes (fui al mediodía y en la noche), y la calidad y el estilo permanecen iguales.
Me tocó como menú flan de salmón, jaiba y queso roquefort, con ensalada de tomate, nabo, pepino y hojas verdes, y roastbeef con tapenade de aceitunas, alcaparras y anchoas, y como plato único un gran trozo de reineta muy seca, con molde de arroz, minigratin de papas y ensalada con su pocillo de aliño. Como postre del menú, un panqueque delgado y grande, de buena masa, con naranja y mediocre salsa de chocolate. El día que volvimos a cenar pudimos elegir como entradas láminas de salmón ahumado con dos tipos de lechuga, tomate y choclo enano, triángulos de pan tostado y para aliñar crema batida y salsa a la mostaza ($2.800), y un queso camembert horneado pero tibio, con marraqueta tostada e idénticos aliños y ensalada ($2.800). De fondo, tres trozos de filete a punto con algo de crema líquida que le venía bien y papas asadas con pelo cortadas por la mitad y adornadas con tiras gruesas de pimiento rojo y verde, en lugar de las anunciadas papas soufflées ($4.600), y una muy personal receta de "boeuf bourguigon" cortado en cubos, con intensa salsa en que dominaba el tocino pero no se divisaba el resto de los ingredientes clásicos, e idéntica compañía de papas, pese a lo cual fue lo mejor de la comida ($4.300). Como postre, rica leche nevada servida en copa ancha ($1.500). Fuerte y excelente café ($600) y pocos vinos para escoger, por lo que en ambas ocasiones optamos por el carmenère 2005 Tradition de Chateau Los Boldos ($7.500 la primera vez y $8.000 la segunda). En todo caso, la fidelidad del público muestra que el francés ha acertado con su estilo casero.
Almirante Montt 382, Cerro Alegre, (32) 224663, Valparaíso.
martes, 1 de julio de 2008
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